Una ronda de cupcakes

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Releyendo las primeras entradas del blog, he de decir que por fin he encontrado ese “hobby” que ayuda a relajarme y calma mi agotada mente del desgaste psicológico, y físico, que conlleva criar y educar a mis dos amados “Minions”.

¿Y cuál es?... pues algo que está de moda… hacer cupcakes… o según mi Minion nº 1, “madalenes boniquetes” (magdalenas bonitas)

Cupcakes de moka, de plátano, de sandia, de horchata, de dinosaurios, de chocolate (los estrella en esta casa), de fruta, de coca-cola, etc.
Casi siempre es el mismo procedimiento, voy cambiando los sabores y los diseños, y los Minions me dan buenas ideas…



Receta básica.

1. La masa. Suelo utilizar la masa para bizcocho. La medida, la de un yogur. Y manos a la obra: 1 yogur natural (o de sabores), 3 huevos grandes, 1 y 1/2 medida de azúcar moreno (por aquello de los azúcares refinados). Batimos todo. 1 medida de aceite de girasol y volvemos a batir. 3 medidas de harina especial para bizcochos (lleva incorporada la levadura) Previamente la pasamos por el colador para que quede más fina y la incorporamos poco a poco, batiendo la masa homogénea. Llegó el momento de inventar dependiendo del sabor que le quieras dar. Si por ejemplo son de plátano, en un bol aparte, trituramos 2 plátanos maduros con un poco de leche e incorporamos a nuestra masa. Si los preferimos de chocolate, incorporamos 1 medida (o un poquito más) de chocolate en polvo. En cada caso hemos de equilibrar las medidas para conseguir una textura cremosa.



2. Los moldes. Existen mil en el mercado. Necesitas moldes de silicona (prefiero los individuales de Ikea) y moldes de papel para rellenar con nuestra masa. La primera vez dispuse directamente la masa en el papel, sin molde, y el cupcake se convirtió en una torta de calabaza! Ponemos los moldes de papel dentro de los de silicona y vertemos ¾ partes de masa. Dispuestos en la bandeja, al horno, 180º, programa doble con ventilador y 22 minutos aprox. Ojo! Previamente hemos de calentar el horno.



3. Buttercream. No existe cupcake sin crema de mantequilla. Para mí, la mejor receta la de Thermomix (no por la máquina, que vaya máquina, sino por las medidas) 120 g. de azúcar glass, 350 g. de mantequilla cortada a trozos y 120 g. de leche. Y a batir! Con esto también podemos experimentar. Suelo poner colorantes (azul, el preferido de Minion nº 1) o chocolate en polvo. Cuando esté lista la guardamos en el refrigerador para que tenga mayor consistencia mientras preparamos el resto. Cuando los bizcochos estén listos, asegurarnos que se hayan enfriado, decoraremos con la ayuda de una manga pastelera (boquilla estrella o cualquier otra)



4. La decoración. Aquí llega el trabajo “fino”, colocar las virutas de chocolate, el pica-pica, las virutas de caramelos, las golosinas, lacasitos, frutos secos, etc. Podemos colocar banderitas, letras, pajitas, flores, etc. Combinaciones hay mil, deja volar tu imaginación y desconecta!!!! (si te dejan) Eso es lo importante.



Hacer cupcakes vendría a ser como hacer manualidades. Recientemente he leído un artículo que trata el efecto psicológico que tiene realizar este tipo de tareas.

1º. Cambiamos el foco de atención (lo que llamamos desconectar o coger un respiro)
2º. La mente se relaja, disminuye el estado de alerta y los músculos se destensan.
3º. Al realizar una actividad placentera, de disfrute, en nuestra mente se segregan endorfinas, hormonas de la felicidad, y conseguimos una sensación de bienestar.
4º. Al distanciarnos temporalmente de las situaciones cotidianas que pueden ser generadoras de estrés o ansiedad, cuando retomamos las rutinas tenemos mayor probabilidad de encontrar soluciones efectivas y restamos gravedad a cualquier conflicto. Reseteamos nuestro sistema operativo para seguir funcionando con normalidad.

Otras cuestiones de las que no hemos hablado serían, la de encontrar un hueco para poder realizar este tipo de actividades o los daños colaterales, dígase: recoger todo lo que hemos ensuciado, que se quemen las dichosas magdalenas, que mientras tanto los niños hagan un dibujo en la pizarra (que no existe) de la pared del pasillo o que hayan sacado todos los juguetes y que no puedas distinguir lo que es un peluche de un niño!

Por supuesto, aquí no entra como actividad de disfrute la de hacer las “madalenitas” con los niños, al menos mientras tengan menos de 4 años! Si quieres jugar a “Masterchef junior” ve preparando la actividad placentera para después, aunque yo optaría por algo más de desgaste físico (yoga, pilates, zumba, trekking, puenting o tirarte en paracaídas)


Espero que os haya servido! Mi próximo reto… el Minion nº1 me ha propuesto “madalenas de Spiderman y Hulk”… manos a la obra!

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La cesta de los mimos

15:56 Pedagogia de una mamá 0 Comments


Con la llegada del bebé, un kit que no puede faltar en casa, sin duda alguna, es “la cesta de los mimos”. Consiste en una serie de objetos que pueden aportar calidez al torbellino de emociones de ser padres. Cada cesta es especial, a continuación os expongo algunos de los objetos que son significativos para mi experiencia personal:

  1. Mantita suave para arropar al bebé y darle calor.
  2. Toallitas para pieles sensibles. Uno de los mejores inventos del siglo XX, que solo valoras cuando eres padre!
  3. Colonia “Nenuco”. Clásico aroma que despertará de nuestro subconsciente entrañables recuerdos.
  4. Aceite de lavanda para masaje. Después del baño llegó la hora del masaje! Yo también quisiera volver a ser bebé! Con nuestras manos acariciamos la tierna piel del pequeño. Estimulamos el sentido del tacto, despertando receptores sensitivos que aportaran una sensación de bienestar al bebé.
  5. “Dou-dou”. Ese famoso trapito de osito que a medida que va creciendo el pequeñín nos puede salvar de mil rabietas! Colocándolo cerca de él desde pequeño (y mejor aún con el olor de mami) irá asociando su olor y tacto a bienestar y relajación. Puede resultar fundamental para conciliar el sueño y calmarse cuando se sienta mal.
  6.  Gorrito para que no se escape el calor. Me refiero a ese gorrito gracioso, que todos tenemos en mente, que al ponérselo hará que te derritas y se bloquee la memoria del teléfono!
  7. Bombones de chocolate. Pequeñas dosis de energía para las interrupciones nocturnas.
  8. Y por último, centro por el que destino esta entrada, “Adivina cuánto te quiero”. Libro infantil de Sam McBratney, editorial Kókinos.



“Adivina cuánto te quiero” es un libro infantil que viene a explicar de una forma sencilla a los niños el alcance de nuestro amor como padres. Porque la pregunta es: cómo medimos este amor?... Te quiero tanto, tanto como… Cuál es el “tamaño” de tu amor hacía tu hijo?... Ante aspectos esenciales que no tienen medida, pero sí que suponen una inquietud para los niños, el material puede ayudarnos a explicar la dimensión del amor.

Existen 3 versiones de formato papel, la clásica, el kit bebé y el desplegable. Podéis adquirirlos en cualquier librería.




Y aunque es mejor el formato papel, aquí os enlazo la versión digital. Podéis combinar la manipulación del libro con el audiocuento.

A nivel de coles, también se puede trabajar en las aulas de Infantil. Aquí os enlazo una guía didáctica para poder trabajar con vuestros alumnos.

Ideal para leer y compartir con nuestros pequeños antes de ir a dormir…

Dulces sueños... te quiero hasta la luna... y vuelta!

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