Bajo la misma luz

16:33 Pedagogia de una mamá 0 Comments

"Caterine recordó lo que había aprendido en aquel viaje: no todas las cosas quieren estar juntas, a veces es necesario que estén separadas..." ("El mar a rayas" de Susana Barragués. Ed. A. Fortiori)



Los papás de Caterine se han separado y ella no entiende muy bien qué quiere decir. Está muy confundida, nadie se ha sentado a explicarle en qué consiste esta nueva situación.

Papá y mamá discuten mucho pero no como mi amigo Pedro y yo en el patio del cole, cuando entramos a clase, ya se nos ha pasado!... Ojalá les pasará lo mismo a ellos!

A veces estoy en clase y me cuesta prestar atención, me quedo mirando a la profe y de repente empiezo a pensar que papá y mamá ya no se quieren por mi culpa. Discuten mucho por mi culpa, me porto mal... Si papá se va a vivir a otra casa, ya no será mi papá? o cuándo me vaya con papá, ya no tendré a mamá?...

La profe me pregunta sobre los ejercicios... No he hecho las tareas, olvidé la mochila en la nueva casa de papá... No me gusta esa casa, es fría y no me gusta que papá viva allí solito... Pero si nuestra casa es enorme!

Me da vergüenza contestarle a la profe, me quedo quieta y callada. De repente, mis ojos se mojan, están llenos de agua.

La profe está muy preocupada, se porta muy bien conmigo. Me pregunta qué me pasa pero yo no sé contestarle. Voy al despacho de Marga, allí me siento más tranquila. Hay muchos caramelos. Hacemos una botella con purpurina rosa que se llama "botella de la calma". Escuchamos música suave y aprendo a respirar. Me siento mejor, estoy tranquila. Ahora ya estoy lista para volver a clase...

La CULPA y el MIEDO a la pérdida de sus progenitores, son dos sentimientos que suelen desarrollar los niños cuando sus padres van a separarse. Explicar a los hijos la nueva situación, sin conflicto, de una forma que puedan entender los pequeños, en un ambiente tranquilo, abiertos a que pregunten las dudas que tengan, trasmitiendo física y químicamente el amor que se siente hacia ellos; y sobre todo, dejando claro que no tienen la culpa de la separación y que van a seguir teniendo un papá y una mamá que los quieren muchísimo; son aspectos fundamentales a la hora de enfrentarse a una separación. Cualquier padre debería de ser capaz de apartar su ego para poder llegar a acuerdos reales en beneficio de la educación, salud y bienestar de sus hijos. Y estos aspectos corresponden a patria potestad, no solo a guarda y custodia. Y no me refiero exclusivamente, al inicio del proceso, sino para siempre o al menos, hasta que tengan 18 años.

Pocos casos encuentro en los que estas cuestiones tan importantes estén cubiertas, sin embargo, los padres se horrorizan cuando sus hijos empiezan a desarrollar conductas "inusuales"...

No cabe nombrar que es lo que suele pasar desgraciadamente ante una separación. No es objeto de esta entrada hablar de cómo suelen comportarse los padres...
Podemos hablar de cómo se comportan los niños. Cómo viven ellos estas situaciones, en las que suelen presentarse como monedas de cambio... Voces calladas, que no pueden hablar porque no saben expresar lo que sienten, porque no entienden lo que les sucede,...

Dedico esta entrada a todos aquellos niños que sufren en el silencio del desconcierto de una vida que les cambia. Su pequeño universo se rompe en trocitos, que poco a poco, su fortaleza interna y el paso del tiempo recomponen.

En pro a que crezcan felices, ajenos a los problemas adultos, porque ahora no toca ser adulto, toca ser niño!!!

Bajo la misma luz, ver que rutinas necesitan como niños..., bajo la misma luz entender que necesitan a su madre y a su padre..., bajo la misma luz para hacer las tareas escolares..., bajo la misma luz para establecer los límites, las normas y la disciplina..., bajo la misma luz para atender a las cuestiones de salud..., bajo la misma lu, para acordar actividades de ocio y tiempo libre..., bajo la misma luz para jugar como niños que son..., bajo la misma luz para poder establecer responsabilidades que les permitan crecer libres.

Bajo la misma luz, padres y madres, contemplar a sus hijos, procurando afecto y sosiego, ajenos a los conflictos de los adultos. Y ayudar a recomponer esa dimensión familiar rota que se convertirá en una nueva con el paso del tiempo y los daños.

"El Mar a Rayas" es un cuento que puede ayudar a padres separados a explicar a sus hijos la nueva situación familiar. Podéis acceder clicando aquí y aquí audio cuento.

A continuación os expongo algunas orientaciones psicopedagógicas ante los procesos de separación. Espero que resulte de utilidad.

1. Cómo explicar la separación de los padres:
Sería ideal que los hijos fuesen informados sobre la situación de ruptura familiar de una forma adecuada, según la edad de cada uno, que no se hablase mal a los hijos de su padre o madre, que se concediese tiempo a los hijos para que asimilen y entiendan la nueva realidad, que los hijos se sintiesen seguros, y que todos tuviesen una orientación profesional y consejos que les ayudasen a comunicarse y a resolver el problema. También sería importante que los propios padres informaran directamente a sus hijos sobre su proceso de separación y que no se enterasen por terceras personas.
2. Consejos para hablar de divorcio con los hijos:
  • Comenta la situación con claridad
  • Explica a tu hijo que papá y mamá ya no pueden y no desean vivir juntos y, que a partir de ahora, vivirán en distintas casas.
  • Explícales qué es la separación y sus consecuencias
  • Habla con tus hijos de la realidad de la separación, teniendo el cuidado de no culpabilizar a nadie.
  • Consolida lazos de amor y cariño. Asegura repetidamente a tus hijos que ambos continuáis queriéndoles igual o más que antes. El padre o la madre que no tenga su custodia podrá verles siempre que ellos quieran.
  • Respeta la rutina de tus hijos. Mantén sin cambios la rutina habitual de tu hijo: domicilio, entorno, relaciones con los amigos, colegio, horarios, etc.
  • Evita culpabilizar. Asegura a tus hijos que ellos no tienen ninguna responsabilidad en el divorcio. Ellos no tienen la "culpa". La responsabilidad es de papá y mamá por igual.
  • Habla de una situación definitiva. Explica claramente que el divorcio es definitivo, que no existe la posibilidad de volver atrás.
  • Mantén opiniones positivas. Trata de proteger las opiniones positivas que tu hijo tenga de ambos padres.
  • Facilita la relación de tu hijo con el otro progenitor. Siendo flexible en los horarios de visitas y cediendo endechas señaladas, contribuirás a que tu hijo mantenga sus referentes emocionales. Los hijos necesitan al padre y a la madre. Para ellos, el padre y la madre son únicos e irremplazables.
  • Comparte preocupaciones y tareas. Trata con el progenitor no custodio todo lo relacionado con la educación y la salud de vuestro hijo.
     Está comprobado que el niño sufre mucho más en situaciones en que los padres son infelices juntos, que cuando deciden vivir separados. Los niños quieren sentir que sus padres son felices. Es importante considerar que, al tomar la decisión de separarse, se analice primero la relación con los hijos, los cambios que éstos pueden sufrir y, sobre todo, que su decisión no afecte ni comprometa a las necesidades básicas de los niños. Los hijos en común continuarán necesitando de cariño, cuidados atención, apoyo y comprensión.

3. Los hijos son lo primero:
Aunque separados, la pareja jamás dejará de ser padres para sus hijos. No se puede olvidar que los niños tienen derechos y necesidades básicas como la alimentación, el alojamiento, el cuidado de su salud, la educación y el vestir. Cumplir con las necesidades básicas de manutención para los niños es fundamental para su desarrollo.
Por otra parte, los niños sólo se sentirán seguros si existe un clima de confianza, respeto y afecto entre sus padres. Considerando estos derechos de los niños, los padres deberían ofrecer una educación basada en valores como el optimismo, la responsabilidad y la familia, brindando a sus hijos una convivencia civilizada, integradora y social.
Al mismo tiempo, los padres separados, cada uno desde su sitio, deben seguir observando el comportamiento de sus hijos y facilitarles su compañía, no solo durante las visitas establecidas.

4. Posibles reacciones del niño ante la separación:
  • Reacción de ansiedad e incluso angustia, durante el conflicto y tras la separación de los padres y/o madres. Suelen sentir miedo.
  • Lloran a menudo y esto les tranquiliza. Hay que acompañarles en ese momento, y favorecer esa expresión del daño que sienten.
  • Insisten una y otra vez en el deseo de que los padres y/o madres vuelvan a estar juntos. Hasta que no aceptan que esto no es posible, se muestran muy tristes e infelices. Acabarán aceptando que esto no es más que una fantasí­a.
  • Algunos se acuerdan del otro progenitor, en el momento que el que esté con ellos les regaña; y desean tanto estar con el otro, que incluso son capaces de llegar a pensar en escaparse de casa u hogar. Llegan a idealizar más al otro progenitor, al ausente, pues sólo recuerda los buenos ratos pasados con éste.
  • Probablemente, aparezcan trastornos o alteraciones en el sueño y en la alimentación.

5. Cómo influye la edad y la madurez del niño:
Cuanto más pequeño es el niño y/o niña, dispone de menos mecanismos para elaborar lo que está pasando. En consecuencia, suelen aparecer manifestaciones de ello a través del cuerpo: molestias abdominales, vómitos, dolores de cabeza,...
Cuando el niño y/o niña es algo mayor es capaz de sentirse la causa de dicha separación y, por tanto, sentir gran culpabilidad. Suelen aparecer depresiones con fases más agresivas, repercusiones en el rendimiento escolar, regresiones a edades anteriores (vuelven a surgir comportamientos anteriores, de más pequeños,...),...
En niño y/o niñas y niñas ya más mayores, suele potenciarse una hiper madurez en parte positiva, sin embargo a la vez peligrosa que pretende sustituir al progenitor ausente.

6. Mensajes clave para recordar al niño:
  • La decisión de separarse es exclusivamente de los padres y/o madres. Ellos han tomado esta decisión porque creen que es lo mejor para los componentes de la familia. Los hijos no han tenido nada que ver en esta decisión.
  • Los padres y/o madres no se han separado porque el niño y/o niña se haya portado mal, pues otras veces lo ha hecho y no ha ocurrido así­.
  • Resaltar al niño y/o niña cuantas personas se preocupan por él (abuelos, amigos, profesores,...) y desean que sea feliz. Por tanto, ha de borrar ese miedo que siente a ser abandonado, a quedarse sólo. Cuenta con el cariño de más personas.
  • Seguir disponiendo de ambos padres y/o madres, en los aspectos que él precise, aunque ya no vivan juntos.
  • Siempre que le preocupe algo o se sienta mal, podrá expresar o hablar con los padres y/o madres; ello le hará sentirse mejor.
  • Aunque los padres y/o madres se hayan separado, el niño y/o niña es capaz de igualmente amar y ser amado; no tiene por qué repetirse esa situación siempre.
  • Los padres y/o madres demuestran su afecto de muy diversas maneras. Pero es capaz de s sentir que tus padres y/o madres te siguen queriendo si intentan estar contigo todo la duración necesaria que son capaces de, si te ayudan en el momento que lo necesitas y si te escuchan.

7. Mensajes clave para recordar a los padres:
  • No caer en la sobreprotección del hijo y/o hija por pena; se le ha de seguir tratando como a un niño y/o niña normal de su edad. Si no le ayudaremos a crecer, acabar comportándose de forma inmadura y más infantil (para niño y/o niñas) de lo que le corresponde.
  • Todas las personas tienen virtudes y defectos; además los padres y/o madres. Hablar con el niño y/o niña del otro progenitor con argumentos reales, sin caer en la ficción.
  • Es preferible que, los dí­as de encuentro, no se llenen excesivamente con tareas o actividades, pues si se ocupa la duración necesaria en hacer demasiadas cosas, no hay duración necesaria para charlar, comunicarse,...
  • Los puntos más conflictivos de los padres y/o madres tras la separación suelen ser: los hijos, el dinero y las nuevas relaciones. Intente ser objetivo y no intentar poner al hijo y/o hija de su parte. Hay que intentar solucionar estas cuestiones, sin involucrar a los hijos.

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Una ronda de cupcakes

0:02 Pedagogia de una mamá 0 Comments

Releyendo las primeras entradas del blog, he de decir que por fin he encontrado ese “hobby” que ayuda a relajarme y calma mi agotada mente del desgaste psicológico, y físico, que conlleva criar y educar a mis dos amados “Minions”.

¿Y cuál es?... pues algo que está de moda… hacer cupcakes… o según mi Minion nº 1, “madalenes boniquetes” (magdalenas bonitas)

Cupcakes de moka, de plátano, de sandia, de horchata, de dinosaurios, de chocolate (los estrella en esta casa), de fruta, de coca-cola, etc.
Casi siempre es el mismo procedimiento, voy cambiando los sabores y los diseños, y los Minions me dan buenas ideas…



Receta básica.

1. La masa. Suelo utilizar la masa para bizcocho. La medida, la de un yogur. Y manos a la obra: 1 yogur natural (o de sabores), 3 huevos grandes, 1 y 1/2 medida de azúcar moreno (por aquello de los azúcares refinados). Batimos todo. 1 medida de aceite de girasol y volvemos a batir. 3 medidas de harina especial para bizcochos (lleva incorporada la levadura) Previamente la pasamos por el colador para que quede más fina y la incorporamos poco a poco, batiendo la masa homogénea. Llegó el momento de inventar dependiendo del sabor que le quieras dar. Si por ejemplo son de plátano, en un bol aparte, trituramos 2 plátanos maduros con un poco de leche e incorporamos a nuestra masa. Si los preferimos de chocolate, incorporamos 1 medida (o un poquito más) de chocolate en polvo. En cada caso hemos de equilibrar las medidas para conseguir una textura cremosa.



2. Los moldes. Existen mil en el mercado. Necesitas moldes de silicona (prefiero los individuales de Ikea) y moldes de papel para rellenar con nuestra masa. La primera vez dispuse directamente la masa en el papel, sin molde, y el cupcake se convirtió en una torta de calabaza! Ponemos los moldes de papel dentro de los de silicona y vertemos ¾ partes de masa. Dispuestos en la bandeja, al horno, 180º, programa doble con ventilador y 22 minutos aprox. Ojo! Previamente hemos de calentar el horno.



3. Buttercream. No existe cupcake sin crema de mantequilla. Para mí, la mejor receta la de Thermomix (no por la máquina, que vaya máquina, sino por las medidas) 120 g. de azúcar glass, 350 g. de mantequilla cortada a trozos y 120 g. de leche. Y a batir! Con esto también podemos experimentar. Suelo poner colorantes (azul, el preferido de Minion nº 1) o chocolate en polvo. Cuando esté lista la guardamos en el refrigerador para que tenga mayor consistencia mientras preparamos el resto. Cuando los bizcochos estén listos, asegurarnos que se hayan enfriado, decoraremos con la ayuda de una manga pastelera (boquilla estrella o cualquier otra)



4. La decoración. Aquí llega el trabajo “fino”, colocar las virutas de chocolate, el pica-pica, las virutas de caramelos, las golosinas, lacasitos, frutos secos, etc. Podemos colocar banderitas, letras, pajitas, flores, etc. Combinaciones hay mil, deja volar tu imaginación y desconecta!!!! (si te dejan) Eso es lo importante.



Hacer cupcakes vendría a ser como hacer manualidades. Recientemente he leído un artículo que trata el efecto psicológico que tiene realizar este tipo de tareas.

1º. Cambiamos el foco de atención (lo que llamamos desconectar o coger un respiro)
2º. La mente se relaja, disminuye el estado de alerta y los músculos se destensan.
3º. Al realizar una actividad placentera, de disfrute, en nuestra mente se segregan endorfinas, hormonas de la felicidad, y conseguimos una sensación de bienestar.
4º. Al distanciarnos temporalmente de las situaciones cotidianas que pueden ser generadoras de estrés o ansiedad, cuando retomamos las rutinas tenemos mayor probabilidad de encontrar soluciones efectivas y restamos gravedad a cualquier conflicto. Reseteamos nuestro sistema operativo para seguir funcionando con normalidad.

Otras cuestiones de las que no hemos hablado serían, la de encontrar un hueco para poder realizar este tipo de actividades o los daños colaterales, dígase: recoger todo lo que hemos ensuciado, que se quemen las dichosas magdalenas, que mientras tanto los niños hagan un dibujo en la pizarra (que no existe) de la pared del pasillo o que hayan sacado todos los juguetes y que no puedas distinguir lo que es un peluche de un niño!

Por supuesto, aquí no entra como actividad de disfrute la de hacer las “madalenitas” con los niños, al menos mientras tengan menos de 4 años! Si quieres jugar a “Masterchef junior” ve preparando la actividad placentera para después, aunque yo optaría por algo más de desgaste físico (yoga, pilates, zumba, trekking, puenting o tirarte en paracaídas)


Espero que os haya servido! Mi próximo reto… el Minion nº1 me ha propuesto “madalenas de Spiderman y Hulk”… manos a la obra!

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La cesta de los mimos

15:56 Pedagogia de una mamá 0 Comments


Con la llegada del bebé, un kit que no puede faltar en casa, sin duda alguna, es “la cesta de los mimos”. Consiste en una serie de objetos que pueden aportar calidez al torbellino de emociones de ser padres. Cada cesta es especial, a continuación os expongo algunos de los objetos que son significativos para mi experiencia personal:

  1. Mantita suave para arropar al bebé y darle calor.
  2. Toallitas para pieles sensibles. Uno de los mejores inventos del siglo XX, que solo valoras cuando eres padre!
  3. Colonia “Nenuco”. Clásico aroma que despertará de nuestro subconsciente entrañables recuerdos.
  4. Aceite de lavanda para masaje. Después del baño llegó la hora del masaje! Yo también quisiera volver a ser bebé! Con nuestras manos acariciamos la tierna piel del pequeño. Estimulamos el sentido del tacto, despertando receptores sensitivos que aportaran una sensación de bienestar al bebé.
  5. “Dou-dou”. Ese famoso trapito de osito que a medida que va creciendo el pequeñín nos puede salvar de mil rabietas! Colocándolo cerca de él desde pequeño (y mejor aún con el olor de mami) irá asociando su olor y tacto a bienestar y relajación. Puede resultar fundamental para conciliar el sueño y calmarse cuando se sienta mal.
  6.  Gorrito para que no se escape el calor. Me refiero a ese gorrito gracioso, que todos tenemos en mente, que al ponérselo hará que te derritas y se bloquee la memoria del teléfono!
  7. Bombones de chocolate. Pequeñas dosis de energía para las interrupciones nocturnas.
  8. Y por último, centro por el que destino esta entrada, “Adivina cuánto te quiero”. Libro infantil de Sam McBratney, editorial Kókinos.



“Adivina cuánto te quiero” es un libro infantil que viene a explicar de una forma sencilla a los niños el alcance de nuestro amor como padres. Porque la pregunta es: cómo medimos este amor?... Te quiero tanto, tanto como… Cuál es el “tamaño” de tu amor hacía tu hijo?... Ante aspectos esenciales que no tienen medida, pero sí que suponen una inquietud para los niños, el material puede ayudarnos a explicar la dimensión del amor.

Existen 3 versiones de formato papel, la clásica, el kit bebé y el desplegable. Podéis adquirirlos en cualquier librería.




Y aunque es mejor el formato papel, aquí os enlazo la versión digital. Podéis combinar la manipulación del libro con el audiocuento.

A nivel de coles, también se puede trabajar en las aulas de Infantil. Aquí os enlazo una guía didáctica para poder trabajar con vuestros alumnos.

Ideal para leer y compartir con nuestros pequeños antes de ir a dormir…

Dulces sueños... te quiero hasta la luna... y vuelta!

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Materiales para trabajar la seguridad en Internet con alumnos de 6º de Primaria

10:35 Pedagogia de una mamá 0 Comments

En esta entrada os dejo un material elaborado por la Policía Nacional, con el apoyo de Telefónica y la colaboración de la Fundación Cibervoluntarios.
Durante este curso escolar hemos participado en el Colegio en el programa CIBEREXPERTOS llevado a cabo por un miembro de la Policía Nacional. 
Está dirigido a los alumnos de 6º de Primaria, que por su edad evolutiva y las características de la sociedad en la que vivimos, son más susceptibles de caer en problemas relacionados con el mal uso de las redes sociales.
El programa contempla 10 temas. A continuación os enlazo los materiales de cada uno de los temas. Cada bloque cuenta con 3 archivos pdf y un vídeo formativo interesante para trabajar con los chavales. Solamente tenéis que clicar encima del contenido.
  1. 1. Ciberacoso
  2. 2. Tecnoadiciones
  3. 3. Suplantación de identidad
  4. 4. Grooming
  5. 5. Acceso a contenidos inapropiados
  6. 6. Sexting, sextorsión
  7. 7. Comunidades peligrosas
  8. 8. Gestión de privacidad e identidad digital
  9. 9. Netiqueta
  10. 10. Mediación parental

El objetivo es aportar una visión más segura del uso responsable de Internet, así como visualizar de forma real los riesgos y problemas que se pueden encontrar en la red.
Partimos de una buena prevención para evitar serios problemas derivados de Internet. Así que, el propósito no sería prohibir, hemos de ser realistas y aceptar que los niños de la sociedad actual, nuestros niños, nacen insertos en un mundo digital y cibernético muy distinto al que hemos vivido nosotros, padres y educadores, cuando fuimos niños...

Ante la pregunta: ¿pueden utilizar Internet?, la respuesta es sí, pero con la condición incuestionable de establecer unos límites (marcados y controlados por los padres) y "conociendo las reglas del juego". Con esto último me refiero a que el gran problema es la desinformación, aunque todavía es peor, la auto-creencia de saberlo todo y no saber nada...

Llegado a este punto la mediación parental (tema 10 del programa) resulta crucial en nuestra tarea de educar en el buen uso de Internet y las redes sociales.



En agradecimiento al cuerpo de la Policía Nacional por su labor educativa.




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Los abuelos nunca mueren, solo se hacen invisibles

10:30 Pedagogia de una mamá 0 Comments


Os enlazo este precioso artículo redireccionado desde www.ayudaparamaestros.com.

Para leerlo podéis clicar en la siguiente dirección.





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Cómo actuar ante un conflicto con un alumno en el aula

13:33 Pedagogia de una mamá 0 Comments

Ser maestro es una de las profesiones que, con una sólida vocación más enriquecen nuestra vida, aunque con el efecto de desgaste en el trato con personas y con niños, más efectos negativos vierten sobre nuestra realización personal produciendo el llamado síndrome del Burnout.

En las aulas solemos tener chicos y chicas con problemas de motivación e interés por la escuela, problemas familiares, problemas de autoestima, etc. Esta problemática suele traducirse en conductas disruptivas y en muchos casos desafiantes, llegando a mermar la paciencia del docente. Y es que no es solamente el hecho aislado de tener un alumno con una conducta problemática, se agrava la situación cuando esa conducta dificulta el aprendizaje del resto de alumnos, sin contar con la presión a la que se ven sometidos los profesores a la hora de cumplir con la programación propuesta. 

La colaboración con la familia resulta primordial aunque en ocasiones y por desgracia, no puede darse esta condición. Esto provoca sentimientos de malestar en el propio profesor y sensación de impotencia a la hora de intervenir.

El tiempo se va, y los esfuerzos, el entusiasmo y la paciencia, se agotan.

Ante las posibles situaciones de conflicto en el aula con determinados alumnos, siguiendo las recomendaciones de Manuel Segura procuraremos solucionar el problema allí mismo, sin enviarlo al despacho de dirección. Si el problema es de "chulería", de alardear de que no quiere trabajar o no escucha, le pediremos que se tranquilice y hablaremos con él al final de la clase, en privado. Si es más grave, interrumpiremos unos minutos la clase y saldremos al pasillo para hablar con él, y siempre en privado.

En general, ante una llamada de atención en público las personas nos sentimos atacadas, nos frustramos y podemos reaccionar de forma negativa. En particular, los niños con problemas de conducta, su forma de reaccionar en estas situaciones suele ser más negativa y agresiva, tal vez porque no conocen una alternativa de respuesta.

Volviendo a lo anterior, cuando tengamos que hablar con nuestro alumno, el tema de conversación debe ocuparnos en hacerle entender la diferencia entre el cerebro animal y el cerebro humano, e intentar que comprenda que ser más agresivo no es ser más valiente, sino más primitivo, menos humano.

En el supuesto de que no se tranquilice con la conversación, se le explica con SERENIDAD que no puede impedir que los demás aprendan y que por tanto debe de ir al Aula de Convivencia o con el profesor de guardia.

Si el problema no es de agresividad, sino desidia, no participación, se le puede preguntar qué es lo que le interesa, qué querría hacer, que sea razonable claro está, porque no es razonable: irse a la calle, jugar en el patio, silbar, cantar, etc. Y si es posible, dejar que lo haga sin molestar. Es razonable: dibujar o leer, por ejemplo. 
En ese caso, en un primer momento no debemos de preocuparnos en que no esté siguiendo la explicación o el ritmo de la clase ya que nos preocupa más el comportamiento disruptivo de entorpecer la marcha general del aula, el cual se sitúa en una de las conductas contrarias a las normas de Convivencia, siendo necesario el establecimiento de medidas educativas correctoras (ver normativa sobre Convivencia Escolar)
Posteriormente, nos ocuparemos en intentar reavivar la llama de la motivación y el interés por el aprendizaje. 

En todo caso es esencial no gritar, no mostrar desprecio ni ira, no enfrentarse con el alumno, sino con mucha firmeza, demostrarle cariño, que estamos de su lado, que lo apreciamos, y que por eso mismo, le exigimos que actúe de una manera humana y correcta.

Con todos los alumnos sigue teniendo validez la norma clásica y fundamental de la educación: "Mucho cariño y normas claras". Que ninguna conducta del alumno, por disruptiva que sea, nos aparte de esa actitud básica.

Para facilitar todas estas soluciones y para prevenir esos conflictos de raíz, lo más eficaz es un programa que le enseñe a pensar (en vez de embestir), que les enseñe a conocer y controlar sus emociones y que les ayude a considerar como valores propios los grandes valores morales de Justicia, Amistad, Sinceridad, Compasión, Solidaridad y Responsabilidad. Sin haberse ejercitado en un programa así, las soluciones puntuales no serán efectivas, la Mediación se hará casi imposible y todas las medidas disciplinarias que se tomen serán "pan para hoy y hambre para mañana".


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Los rasgos de carácter del niño difícil

1:02 Pedagogia de una mamá 0 Comments

Cuando quiere algo, lo quiere, sin más, es tremendamente tozudo. No para hasta salirse con la suya y sus rabietas son eternas. Llega a ser insoportable y al final... se sale con la suya.

Es la alegría de la huerta, si está contento, todos lo estamos, todos los poros de su piel desprenden felicidad. Pero cuidado, procura que no se enfade porque sino, corremos a escondernos.

No consigo adivinar cuando va a tener hambre. Me doy por vencida con el tema de las comidas y mejor no hablar del sueño... Que se duerma a las 18 h. no tiene precio, pero que se despierte a las 23 h. dispuesto a darlo todo... Lo siento, pero no puedo más.

¿Qué le pasa a mi pequeño?, ¿tendrá algún problema?...

El carácter es el estilo de comportamiento natural e innato de cada persona. el "cómo" nos comportamos. Según Stanley Turecki y Leslie Tonner (1989) en su obra: "El niño difícil", cada niño tiene su propio carácter que es el resultado de una mezcla de 9 aspectos de rasgos principales: (1) Nivel de actividad; (2) Capacidad de distracción; (3) Intensidad; (4) Regularidad; (5) Persistencia; (6) Umbral sensorial; (7) Aceptación/Rechazo; (8) Adaptabilidad; (9) Humor.

La combinación de estos 9 rasgos de carácter permite establecer una escala que clasifica a cualquier niño de "fácil" a "difícil". En este sentido, cualquier niño puede ser analizado en cada uno de estos aspectos: dependiendo de cuántos rasgos de carácter caigan en el extremo difícil, y según el grado de resistencia de los padres, cada familia deberá de aprender a tratar al pequeño.

¿Qué causa un carácter difícil?

La investigación parece indicar que la herencia (factor genético) desempeña un papel importante (preguntarle a vuestros padres cómo eráis de pequeños), aunque no se puede afirmar la existencia de una trasmisión directa de todas las características de los padres a los hijos. Las influencias genéticas, la química del cerebro y el desarrollo neurológico contribuyen al "cómo" nos comportamos como niños, y posteriormente, con la influencia de una nueva variable, la interacción con el ambiente, cómo nos comportamos como adulto a medida que vamos creciendo.

Veamos esos rasgos de carácter...

(1) Nivel de actividad: grado general de actividad del niño. Bajo o alto (poco activo o muy activo... o tremendamente activo)

(2) Capacidad de distracción: facilidad con la que se distrae. Baja o alta (no se distrae, suele concentrarse ante una tarea... o pasa una mosca y va tras ella)

(3) Intensidad: grado de volumen del niño, esté contento o triste. Baja o alta (volumen bajito, apenas se le escucha... o es una orquesta andante)

(4) Regularidad: tiene patrones predecibles de sueño, apetito, funciones intestinales. Regular o irregular (es un reloj... o es una anarquía absoluta)

(5) Persistencia: es capaz de estar haciendo algo que le gusta bastante rato (persistencia positiva) Es muy tozudo cuando quiere algo (persistencia negativa) Persistencia negativa alta o baja (es más pesado que una vaca en brazos... o es conformista)

(6) Umbral sensorial: cómo reacciona a estímulos sensoriales: ruido, luces, colores, olores, calor, sabores, tacto y textura de la ropa. Si se molesta por cualquier cosa. Si sobreexcita con facilidad. Alto o bajo (es muy sufrido... o todo le molesta, se pone como una moto, mejor meterlo en una burbuja)

(7) Aceptación/Rechazo: respuesta inicial del niño ante algo nuevo. Acercamiento o rechazo (todo le va bien... o tiene el NO! por bandera)

(8) Adaptabilidad: reacción del niño ante una transición o un cambio. Buena o mala (se adapta bien o es de "piño fijo")

(9) Humor: humor básico del niño, predominan emociones positivas o negativas. Positivo o negativo (es como "Alegría" de la peli "Del revés" o es como "Gruñón" el séptimo enanito de Blancanieves)


Según estos rasgos de carácter podemos establecer 4 categorías de niños:

😇  Niños fáciles: en el que todos los rasgos están en el extremo fácil.
😊 Niños básicamente fáciles pero con algunos rasgos difíciles: los padres consiguen salir adelante aunque deben de aprender alguna técnica.
😠  Niños difíciles: difíciles de educar cuyos padres suelen estar tensos.
😈  Niños muy difíciles: tanto el niño como los padres lo pasan mal.


Ahora bien, si mi niño está en la categoría "muy difícil", podría cuestionarme si le pasa algo o realmente tiene algún problema. El ser difícil no implica anormalidad alguna, recordad que estamos hablando de rasgos de carácter, aunque si la situación resulta insostenible, nos encontramos realmente agotados y existen otras dificultades añadidas, tal vez necesitemos la ayuda de un profesional.

Mamás y papás, aunque pensemos que conocemos a nuestros hijos a la perfección, necesitamos detenernos para observar y analizar su comportamiento de forma objetiva. Saber qué pasa antes y qué pasa después de una determinada conducta.
Aunque se parezcan a nosotros y nos veamos reflejados en su comportamiento, siempre van a aparecer nuevas facetas y tierras por conquistar.

Con esta entrada invito a que analicemos a nuestros propios hijos para así, ajustar nuestras respuestas en el día a día y evitar conflictos o luchas innecesarias. El carácter es difícil de cambiar, aunque podemos aprender técnicas y estrategias que nos ayuden a vivir felices junto a nuestros pequeños. El sabor fuerte de las lentejas, una temperatura elevada, un ruido estridente, un cambio en la rutina, un ambiente con muchas distracciones,... son variables que podemos controlar como adultos y ajustar al carácter de nuestro adorable y precioso niño difícil.



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Malas o buenas madres... Un tiempo para un respiro

2:24 Pedagogia de una mamá 0 Comments

Mamás famosas incendian las redes abriendo el debate hacia lo que se considera ser una buena madre, o un buen padre. Estamos acostumbrados a escuchar vivencias sobre la maternidad como algo maravilloso, puro, impoluto,... Pero pocos expresan la parte "oscura" de ser padres, como si se tratase de un pecado mortal.
Son sonados los comentarios y verbalizaciones de padres de hijos adolescentes que vaticinan la llegada a esta etapa como el fin de los días (y es que pocos recordamos aquella maravillosa época dorada en la que nos creíamos los "reyes del mundo" y pensábamos que nuestros padres habían pactado con los astros no dejarnos salir el fin de semana).
Pues sí, ante una madre o padre de hijo adolescente se tiende a tener pensamientos negativos que provocan en nuestro interior el deseo imperioso de frenar esa etapa del ciclo vital de nuestros pequeños. Pero... ¿puede venir algo todavía peor que mi adorable y tierno diablillo provocándome episodios transitorios de trastorno bipolar? En ese caso, estoy perdida...

La llegada de nuestro bebé, torbellino de emociones, ahora río, luego lloro, vuelvo a reír, lloro, lloro, río, estoy feliz, siento mariposas en el estomago... Siento dolor, la cabeza me estalla, tengo sueño, mejor ni me miro al espejo, ¿quién era yo antes?, padezco una amnesia global transitoria... Nuestro bebé crece feliz y nosotros felices al verlo, se ha convertido en un niñito adorable. Y yo sigo cansada, tengo sueño, me hincho a chocolate y cafeína para poder sobrevivir. ¿Qué le ha pasado a mi armario?, ¿alguien me explicó que tendría que cortarme las uñas a episodios?... Pero me sonríe y me deshago, totalmente rendida a sus pies. Ha crecido mi bebé y también mi barriga... Otro bebé en camino, ¿seremos capaces?...

Mamás a tiempo completo y mujeres trabajadoras, luchando por lo mejor para nuestros hijos, intentando dar lo mejor de nuestra faceta profesional. La casa ha de estar perfecta, todo en orden. Atenderlos, alimentarlos, cuidarlos, educarlos, mimarlos.
Adoro a mis pequeños pero a veces el cansancio físico y emocional activa un impulso en mi ser en el que me visualizo calzándome las deportivas y saliendo a correr tal cual Tom Hanks en Forrest Gump. Lo pienso muchas veces y nunca lo hago, ¿y por qué?, ¿qué hay de malo por buscar un hueco en mi apretada agenda para dedicarlo a mí misma y coger un respiro?

¿Y qué dicen los expertos? La mejor manera y el primer escalón para el manejo del estrés que supone cuidar y educar a nuestros adorables hijos es "Cuidar de nosotros mismos". Existen técnicas que nos pueden ayudar a relajar nuestro cuerpo, a hacer que las sensaciones fisiológicas (taquicardias, tensión muscular, respiración rápida, etc.) cambien y así nos podamos enfrentar mejor a las situaciones. Del mismo modo, cambiar los pensamientos negativos para moderar nuestras emociones. Intentar relajarnos físicamente e intentar cambiar los pensamientos erróneos puede ayudar a calmar el estrés que nos puede producir educar a los hijos. Estemos o no cansados, todos necesitamos un respiro. Con frecuencia, el día a día nos lleva a tener que priorizar las tareas, lo que muchas veces desemboca en el descuido completo de nosotros mismos.

Si nos descuidamos durante mucho tiempo terminaremos teniendo poca resistencia, energía o entusiasmo para dedicar a todas las facetas de nuestra vida. Y en este sentido, ¿podremos dar lo mejor de nuestra maternidad o paternidad?
Cuidar de nosotros mismos significa aprender a darnos cuenta de que estamos cansados, ansiosos o de mal humor y saber parar a tiempo. "El tiempo fuera para un respiro" consiste en pausas para poder cambiar de estrategia, recuperar el aliento y así recobrar fuerzas.

¿Cómo podemos cuidar nuestras necesidades personales? A continuación te planteo algunos ejemplos: 

  • Dedicar un rato a leer un libro.
  • Escuchar música suave.
  • Darse un baño relajante.
  • Salir a caminar.
  • Realizar alguna actividad artística.
  • Practicar alguna actividad deportiva.
  • Etc.
    Una hora al llegar del trabajo o al finalizar el día después de acostar a los niños, parar el tiempo para detenernos en nosotros. Pero, ¡ojo! esto supone paralizar las tareas domésticas y los pensamientos, dedicarnos ese tiempo para ganar en bienestar, eficacia y calidad en nuestras relaciones paterno-filiales.

    El debate está servido y a mi humilde entender, atrevernos a juzgar a otra madre si es buena o es mala considero muy osado (siempre dentro de los límites de la Protección del Menor y los Derechos de la Infancia). La experiencia profesional me ha ido enseñando que en el momento que una madre o un padre se cuestiona su propia maternidad o paternidad, te encuentras con buenos padres. Nadie nos enseña, pero lo más importante es la verdadera voluntad de ser lo mejor para ellos.


    ¿Seré una buena madre para mis hijos?... La clave no está en la firme convicción de sentirse una madre/padre perfecta/o, sino preocuparse por hacer real que nuestro hijo sienta verdaderamente que sus "papis" son perfectos. Para mí..., los mios lo son.


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    Nuestro momento dulce

    11:16 Pedagogia de una mamá 0 Comments

    Suena el despertador, son las 6:15 de la mañana, los tiempos están marcados, empieza un nuevo día y todo ha de estar controlado. Conseguimos salir de casa con las mochilas puestas, uniformes limpios, el tren de cartón para la actividad de la "Falla" del Cole y hoy se han tomado la leche, bien!!!
    Llegamos antes de hora al Colegio, hoy estamos de suerte, misión cumplida. Ha terminado la primera jornada laboral, ahora empieza la segunda jornada y quizá la más tranquila...

    Ha pasado el día volando, los niños en el coche con la merienda, no se pueden esperar (tengo la tapicería hecha un desastre) y el sueño les invade. Llegamos a casa, tercera jornada laboral, la que más temo. Empiezan las rutinas, duchas, tareas, reforzamos algún aprendizaje escolar, se pelean, preparo la cena, una rabieta del pequeño, la lavadora con el uniforme para mañana, una rabieta del mayor, bajar a la pobre perrita, no ha salido en todo el día. Estoy derrotada, me detengo y pienso... hoy no hemos tenido nuestro "momento dulce"...

    La investigación ha demostrado que los niños que han mantenido vínculos afectivos fuertes y relaciones positivas con sus padres cumplen más fácilmente las normas y rutinas, y tiene un desarrollo emocional muy saludable.

    Ser padres es tremendamente complicado. A lo largo del proceso educativo tendremos momentos difíciles con nuestros hijos pero todos ellos podrán ser superados con mayor facilidad si hemos ido trabajando nuestra parcela de afectos positivos, apoyo, ánimo, y cariño.

    Cómo podemos trabajar este aspecto?, pues una idea que te aporto es la de establecer un "Momento Dulce" durante todos los días en vuestra dinámica familiar. Se trata de compartir tiempo y actividades de disfrute con nuestros hijos realizando actividades de forma conjunta. Pero cuidado, no vale ir al supermercado, ver la TV o jugar a la play. Hemos de potenciar la interacción positiva con nuestros hijos en un ambiente relajado, sin presiones ni horarios, sin distracciones ni discusiones. No basta con compartir el mismo espacio o de hacer la misma actividad sin relacionarse.

    Podemos realizar distintas actividades de forma cotidiana dedicando unos 30 minutos al día. Se trata de disfrutar del simple hecho de estar juntos estando ocupados en una actividad agradable tanto para el niño como para el adulto. Montar puzzles, realizar una manualidad, jugar al parchís, dar un paseo hablando de forma relajada, jugar a la pelota o hacer un bizcocho son algunas de las actividades que te pueden servir.

    A continuación se exponen unas pautas sencillas para mantener el momento dulce entre padres e hijos:


    • Permite que tu hijo elija la actividad del momento especial.
    • Sé totalmente participe sea cual sea la actividad elegida.
    • No le critiques ni le riñas durante ese tiempo.
    • Divertíos simplemente estando juntos.
    • Elógiale muchas veces (palabras de cariño y de refuerzo): qué bueno eres, qué bien sé te da, cuánto te quiero, qué feliz me siento, estoy disfrutando contigo!,...
    • Muestra interés por lo que hace: hazle preguntas.
    • Evita hablar de temas conflictivos durante ese tiempo.
    • Aplaza las preocupaciones y obligaciones para otro momento.



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